El libro

Ella tomó el libro en sus manos y leyó en voz alta, dos lágrimas rodaron por sus mejillas, con un suspiro apagado alzó la mirada. El sillón donde estaba sentada hora es su compañero, su refugio., días antes perdió a su mejor amigo ¡Quién lo diría! La familia lo cuido al nacer, un perro diminuto que ahora ya no está. De vuelta a sus recuerdos ella volvió a leer, era una oración, ese libro viejo se lo heredó su padre. El destino es incierto, el camino de la edad se vuelve más difícil, saber que la vida se acorta se niega, no se acepta. Ahora su voz sonó muy débil, cerró el libro y lo puso en sus piernas. Quizás se sienta sola, aunque su fe es inmensa. De nuevo vuelve a llorar ¿Qué habrá en su mente? ¿Qué no hizo? ¿Qué provoca ese llanto? ¿Será a caso la ausencia de seres queridos? ¿O saber que hay un turno en su puerta? Los días pasan, las necesidades aumentan, las palabras no volverán. Ayer me encontré ese libro, esta viejo y gastado, lo leí un poco. Habla de Dios, no es un biblia, no es de un gran poeta, no es ni siquiera de un autor extraordinario. Sólo es un libro de fe. Evite sentir, traté de no recordar la imagen de ella pero fue imposible. Ahí estaba yo en la misma situación, por momentos comprendí, supe en carne propia lo que ella sintió. Con calma deje el libro en su lugar, alguien debería leerlo, se que algún día llegará el momento... El tiempo pasará, el libro y ella no van a estar ¡Porqué dejar pasar algo tan importante! Hoy es momento de compartir y de ayudar. Que más da el pasado ¿Y el futuro? De pronto ella se acerco, lentamente -¿Ya te vas?- le dije que no. Como si fuera una rutina tomo el libro, tomó su libertad, en otras palabras puso en sus manos las ideas leídas por su padre. Que curioso, ella de alguna manera siente estar cerca de él. Volvió a leer y así quedó su imagen en mi memoria.. Autor Mauricio Zamora Seudónimo Corazón de Muñeco México 2019