miércoles, 15 de enero de 2020

Ideas del Autor

Venía un caballo caminando, su paso ya era muy cansado de pronto un jinete lo vio y grito: ¡Levántate que haces ahí ! El caballo volvió a correr y el jinete no lo alcanzó... Aquel hombre perdió todo y el caballo sin prisa nuevamente retomó su paso. La gente no entendió. El caballo estaba domesticado, sabía correr y detener su paso a voluntad, pero el jinete creyó todo lo contrario, una orden no funciona cuando la mente sabe su libertad... Ideas de autor Mauricio Zamora Seudónimo Corazón de Muñeco

Historia de un cantante

Señor conejo Diga usted abogado ¿Porque se ve en el espejo? Me reviso si estoy arreglado Señor conejo a donde va A la fiesta de mi pueblo ¿Ese pueblo donde esta? En la casa de mi abuelo ¿Su abuelo usa sombrero? Él se arregla todos los días Ha de ser un caballero No es más guapo que mis tías Su abuelo ¿Es cantante? De una orquesta popular ¿Se parece a Pedro infante? Por supuesto y si dudar Conejo ¿Tiene prisa? Llevo flores de regalo Es de noche y cae brisa ¿Tiene eso algo malo? Le pregunto por si acaso No pregunte y valla conmigo ¿Me quito de su paso? ¡Yo lo invito como amigo! ¿Qué haremos? Llevaremos serenata Y cómo nos iremos Caminando y de corbata Bueno señor conejo Diga usted mi abogado Ya se ha visto al espejo ¿Ando todo despeinado? Nada de eso, usted se ve elegalante Entonces vamonos tendidos ¿Llevarémos a cruz infante?

La historia del Toro Bernardo

La historia del Toro Bernardo ¡Te llego la hora! -¡Calla boca! Que aun no estoy preparado- ¿Por cuanto te vendieron? -¡No lo sé! ¡Ni se en donde estoy!- ¿Qué? ¿No oyes el grito de la gente? Te están llamando ¡Ese es tu destino! -Tengo miedo- Ustedes para eso nacieron, para morir al grito del público ¿De dónde vienes? -Mi pueblo es hermoso, todo lo que en él puedas ver tiene magia. Existe un árbol enorme, tiene más de ciento cincuenta años, los arenales han sido el negocio de muchos, ahí crecí, he visto cada amanecer y sentido la libertad del aire en mi rostro- ¿Porque no escapas? ¡Con la fuerza que tienes, dudo que alguien te detenga! -¡No conozco el camino!- ¡Eso que importa! Simplemente corre y no te detengas, huye y detente asta sientas de nuevo tu libertad. -¿Y mi público? Ellos han venido a verme- ¿Quieres fama y morir ahí? -¡Claro que no! Deseo un reconocimiento diferente, aquel donde la gente diga mi nombre con alegría y entusiasmo- ¿Entonces que esperas? Para lo que buscas no existe llave alguna, es muy simple y también muy difícil. Cierra tus ojos y mírate ¿Te gusta lo que sientes? ¿Crees que no vales? ¡Ya es tiempo que cuides de ti! -¿Debo salir?- Oye esa gente, ellos algo esperan, buscan saciar su vanidad y su ser ¡Que importa que seas tú el que fallezca! Después de ti vendrá otro y la historia se volverá a repetir. -¿Que debo hacer? Ya anunciaron mi entrada, las campanas sonaron, estaré vivo por algunos minutos más- ¡No lo pienses! Abre los ojos al mundo, vuelve a los arenales, busca los brazos de aquel árbol, mira nuevamente el amanecer ¡Se tu mismo! -¡Lo haré!- Aquella mañana de ruedo, un enorme toro debería morir, las puertas se abrieron, el grito de la gente retumbó, sin embargo nunca lo vieron. Las calles se cimbraron al verlo pasar, era elegante, de buena casta. Una animal que decía mucho sin hablar, era de respeto y admiración. Se abrió paso por sí mismo, camino y llegó a donde soñaba. En los arenales encontró su vida ¡Efectivamente! Bajo la sombra de aquel árbol estaba escrita una promesa, él no la iba a romper. Años atrás se prometió estar ahí y así lo cumpliría. Por cuestiones del destino lo alejaron de sus sueños, lo volvieron salvaje, lo entrenaron para divertir y ahora todo eso quedará atrás. Una mañana de primavera, aquel toro murió, todos se acercaron y un amigo habló: -Yo lo vi, lo encontré en un día de fiesta brava, hablaba solo y el mismo se respondía. De pronto salió y nadie se opuso a su paso, diez toros ese día hubieran muerto, solo nueve se enterraron, uno decidió su libertad, Bernardo se llamó en vida- Autor Mauricio Zamora Seudónimo Corazón de Muñeco

El último viaje

-¡Rayos!- ¿Y ahora que sucede? -Se hace tarde y no encuentro lo que voy a llevar- No te apures ¡Trae lo que sea! -¡Como creés! Ya no vamos a regresar y debo ir preparado- ¡Tuviste tanto tiempo y no lograste saber lo que llevarás! -No es eso, hay tanto, que no quiero dejar nada- ¡Tendras que hacerlo! El boleto dice "... Solo traer un prenda por persona.." -¿Puedo pedir algo?- ¡Pídelo! Quizás se haga una excepción -Bueno, es que no quiero llegar con las manos vacías y una peque maleta, por eso pensé en llevar flores ¿Que opinas?- Es un gran detalle y me parece correcto que lo hagas -¡iré al jardín y cortaré unas rosas!- ¡Oye! ¿Y para que esa canasta? -Bueno aprovechando también llevaré manzanas, es época y si no las corto se echarán a perder- Eso no dice el contrato, pero viendo lo hermosas que están, te daré libertad en llevarlas también... -Creo ya estoy listo, rosas, manzanas y esta llave será lo único que vendrá conmigo- ¿Pará qué quieres esa llave? -Pará abrir la puerta del paraíso, hace unos meses desperté y la encontré puesta sobre la mesa, había una carta que decía: "... Hijo mío, cuando vengas a verme no olvides las manzanas que sembramos y mucho menos las rosas que tanto me gustaban, en la puerta no hay timbre, aquí no se necesita, pero si puedes traeme la llave que te deje, lo hice para que abriera todas tus puertas al éxito, me fue prestada para ti y si ya no la ocupas debemos entregarla, te espero sin prisa, atentamente alguien que te ama... " ¿Entonces nos vamos? -¡Por supuesto! No hay que hacer esperar al universo, de todas maneras, de arriba se ve el mundo- La luz fue apagada y las puertas cerradas momentaneamemte, pues afuera el palacio era enorme y miles de luces lo iluminaban. Ideas del autor Mauricio Zamora Seudónimo Corazón de Muñeco