lunes, 19 de marzo de 2018

Cuento Infantil (Fabián el Conejo)

El jurado estaba formado por profesionales en la materia, la sala ya tenía poco espacio, solo faltaba una persona ¿Quién? el acusado, un conejo de orejas grandes y patas pequeñas.
El juez lo presentó en ese momento pidiendo silencio a la audiencia, el protocolo era necesario, había que dar un toque profesional al suceso, los medios de comunicación también presentes tomaron su lugar, era una gran noticia, las redes sociales ya estaban enteradas. Se pidió al conejo sentarse y guardar silencio mientras el abogado defensor narraba los hechos por los que se acusaba.
En la silla donde lo sentaron le pusieron un vaso lleno de agua, un libro religioso y un sobre. El juez tomaba algunas notas y el jurado también. La parte acusadora ya tenía previsto el caso y se levantó al ataque:

-Momento señor juez, la defensa miente y es improcedente lo que dice y he aquí los hechos: el conejo es culpable de robo, maltrato y negligencia. A medio día de ayer se le vio robando zanahorias de la verdulería-

El abogado defensor estalló de ira pero guardó silencio.
- Y lo peor esta por decirse, en su huida destruyó por completo el gallinero dejando a las gallinas sin hogar, quién sabe en que estado iba porque su vocabulario era tan inapropiado que asta el día de hoy los pollitos están llorando-

La defensa iba a objetar pero mordiendose los labios dejó que la parte acusadora hablara.
-Siguiendo con el caso, se le marcó el alto varias veces, ignoro las leyes y finalmente se encerró bajo un árbol a piedra y lodo-
La defensa ya no soporto más y explotó, era ya tanta mentira escuchada que entonces intervino tajante.
- Señor juez las cosas no fueron así, el conejo no robo, las zanahorias eran suyas, se las quitaron injustamente y preguntara quiénes ¡Los lobos! El conejo no se negó a compartir, sólo pidió le dejasen algunas, pero se las quitaron todas. Así que solo tomó las que necesitaba. Y jamás destruiría el gallinero, las gallinas lo ayudaron a sembrar, a regar el huerto y hasta limpiarlo de bichos y plagas. Los pollitos lloraron por el daño a la huerta pues se les había prometido un pastel de zanahoria. Los lobos lo seguían y destruyeron el gallinero en venganza. Y jamás violo alguna ley, siempre cumplió con sus obligaciones. Es una persona integra y justa con todos los animales del bosque-
Entonces el jurado preguntó la razón por la cual corría con las zanahorias.
- Señores, eso lo podrá decir personalmente el acusado, sólo denle una oportunidad-
El conejo se levantó y tomó el libro que le dieron y lo puso cerca de su corazón y dijo lo siguiente:
- Damas y caballeros, me presento ante ustedes, mi nombre es “Fabián” soy originario de un pueblo donde se quiere al viajero y se abraza al hermano. Donde se canta a las damas y se brinda con los amigos. Donde se cosecha lo que se siembra.. Jamás pretendí huir, al contrario, solo tengo una promesa por cumplir, y nada me detendrá asta no verla cumplida. Aquí donde me ven jamás he robado a nadie, he dejado al viento sus favores y ayudado a las flores a nacer. Corrí a la misma velocidad del río y cante a coro con las aves. En las noches encendí cada una de las estrellas, y lleve uno a uno los sueños prometidos. Me ha faltado tiempo para escribir la vida de las cigarras, mi más grandes amigos son todos los que pueden ver aquí. Triunfe bajo las ramas de un viejo roble y lloré el día de la muerte de mi madre. Aún así sigo cantando, bailando y sonriendo. Las maravillas del mundo son mías y suyas también. No detendré mi paso a nada ni a nadie, puesto que no soy alguien que puedan detener. Vencí las sombras del miedo y encerré la ira en caja de hierro.  Quité eso que llaman poder y ahora soy totalmente libre, los rayos de luz dan guía a mis pasos, nada tengo y nada les puedo dar. No soy nadie, me llaman Fabián el conejo, porque de esta manera creen que existo. Pero la realidad es otra, hace tiempo deje de existir en un mundo material. Ahora soy parte de todo y de todos. En consecuencia eso ha hecho confusión. Finalmente hoy estamos aquí no por robo, sino por ideas de algunos. Todos tienen su razón, son presos de ideas absurdas. Agradezco este libro y este vaso de buen vino al que suelen llamar agua. Hoy me iré pues nada me ha de detener y cumpliré con mi promesa-
El conejo salió lentamente por la puerta, en su hombro izquierdo colgaban varias zanahorias, nadie lo detuvo, se hizo un absoluto silencio. En la mesa del acusado sólo quedó un sobre. El juez se dio cuenta de ello, lo tomo y leyó lo escrito en el, pues Fabián el conejo mientras hablaba pudo escribir algo. Tras unos minutos de lectura el juez habló.
- Damas y caballeros, este día daré mi veredicto, Fabián el conejo es inocente, se preguntaran porque, yo se los diré. Esta corte no puede encerrar a nadie que es libre, justo y honesto. Mucho menos por pensar en los demás. Fabián el conejo tenía un solo motivo y es este: sembrar zanahorias para dar de comer a los demás-
Aquel día todos salieron lentamente, si fueron por ver un crimen no lo encontraron, sin embargo lo que sí descubrieron fue un rico pastel de zanahoria que Fabián el conejo hizo para todos ellos-

AUTOR
Mauricio Zamora
Seudónimo
Corazón de Muñeco
México 2018

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