lunes, 15 de febrero de 2021

Mendigo

Vi un medigo vestido de traje, así como lo escuchan. Mal oliente y vanidoso, con aires de grandeza en una mente inerte. La gente le daba la mano y él la escupia cual víbora venenosa. Después de un rato agitó sus ropas, dijo palabras al viento, nunca pensó que sucedería, murió al instante. Un cuchillo le quitó la vida ¡Aunque no lo crean! La daga no tenía filo, lo que realmente lo mató fueron sus propias palabras...

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