lunes, 3 de julio de 2017

La Rana y el Rey

Había una rana que no sabía leer. Un día le llegó una carta y pensó que haría con ella. Fue con el oso y le pidió le dijera lo que decía, el oso aceptó pero por hacer ese trabajo le cobraría veinte centavos. En la carta se le invitaba a un gran baile de gala en el castillo real pero debería de responder antes de una semana y para ello sólo sería a través de otra carta. La rana tenía otro problema, no sabía escribir. Entonces fue en busca de la jirafa, ella era una excelente escritora. Le pidió respondiera un agradecimiento y puntual presencia en el baile. La jirafa aceptó pero ella le cobraría 50 centavos por su trabajo. Los días pasaban y la fecha se acercaba. La rana debería buscar que se pondría para asistir al baile así que fue con la gallina costurera y pidió le hiciera un bonito vestido para la ocasión. La gallina cobraría por ese trabajo solamente 70 centavos y unas piezas de pan para los pollitos. El día del baile llegó y aún faltaba lo mas importante, el peinado. La rana tenía que hacer algo, así que fue con la mariposa. Nuevamente sabía que eso le costaría un poco mas y así fue. La rana ahora lucia un hermoso peinado de 90 centavos. Todo aquello le hizo pensar muchas cosas, antes de salir de su casa reviso su monedero, ahí se dio cuenta que sólo le quedaban 10 centavos. Toda esa semana no se había preocupado por trabajar. Entonces reflexionó, si hubiera aprendido a leer y escribir tendría un poco más de dinero. También se dijo así misma, un oficio me hubiera ayudado bastante después de haber aprendido algunas cosas. La rana sacó su moneda de 10 centavos y se propuso lo siguiente. La regalaré al primero que se cruce en mi camino y así el día de mañana lucharé por aprender cosas nuevas y un oficio que me ayude a tener solo lo necesario. Sin decir más se fue feliz al baile. Camino un poco y en la orilla de un gran árbol estaba sentado un viajero. Recordó sus palabras y le dio en mano su moneda de 10 centavos. Era lo último que tenía para ese día, pero no le importó ella estaba decidida en triunfar. Fue así que llegó caminando, el baile había empezado, la gente se divertía, la música era tan maravillosa que todo parecía un sueño. La rana bailo y bailo. Algunas horas después se despidió y volvió a su casa, en la entrada al castillo le dieron un sobre. Ella lo guardo y decidió no abrirlo asta que no aprendiera a leer. Paso el tiempo, la rana estudio aprendió a leer y escribir y ahora ya tenía un oficio, era florista. Una tarde se sentó en una fuente y saco aquella carta que tiempo atrás le fue entregada. En su interior había un billete de cien pesos y unas líneas escritas solo para ella y decían esto: "Vi en tus ojos bondad y decisión. Aunque no me conocías me entregaste lo último que tenias y eso no lo hace cualquiera. Te veías maravillosa al caminar, triunfante, alegre, motivada. Todos deberíamos de aprender de ti. Mi nombre no lo sabes pero te lo diré, soy leonardo, el rey del castillo a donde irías al baile. Gracias por compartir conmigo lo poco que tenias y en gratitud recibe este billete de 100 pesos". La rana lloró de emoción, ahora tenia mucho más de lo que ganaría en mucho tiempo. Sin embargo decidió hacer algo especial. Aquella tarde el rey recibió un elegante arreglo floral y una carta al mismo tiempo. Y esto la rana escribió:
"Aprender a leer me costó 20 centavos, escribir 50 centavos, dominar un oficio 80 centavos y dar todo lo que tenía solo 10 centavos. Pero mi mas grande tesoro no es los 100 pesos que me ha dado, esos los regalé al pueblo en su nombre para que hagan lo mismo que yo. Que el verdadero valor de las cosas no están monedas, sino en acciones y éstas valen más que muchos pesos". El rey supo mucho tiempo después que el pueblo tenía escuelas, la gente sabía oficios y que la rana era muy feliz en su estanque cuidando y admirado las flores.

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