viernes, 3 de noviembre de 2017

Te Amo

Aquella tarde había olvidado lo más importante y quizás ya no volvería a tener otra oportunidad ¿Porque escribió lo que diría y no lo uso? Al tenerla de frente guardó silencio, que tontería tan grande, obviamente el pánico se apoderó de él, había una razón, ella era hermosa, muy hermosa ¿Cuantas veces se puede tener la fortuna de mirar a una mujer así? Todas son hermosas, sin embargo, solo ella pudo entrar en su corazón. La conoció tiempo atrás, no en el colegio como muchos pudieran pensar, ni con amigos, fue al instante y un encuentro muy especial. No entraré en detalles pues me llevaría algo de tiempo explicarlos, solo les puedo decir que el amor a primera vista existe ¡Claro! Aunque se rían ¿Quien no se ha enamorado de esa forma? ¡Muchos! Pero olvidan ese momento, un segundo basta y sobra para saber que el amor esta enfrente. 
La conoció de esa manera, casual y divertida. Se saludaron, salieron, disfrutaron. Pero no se equivoquen, disfrutaron de la compañía mutua, de la platica, del jugueteo. El amor así se siembra, el instante te da la semilla y uno sabe si la toma y hace buen uso de ella o la deja en un terreno no fértil. Ellos pusieron entonces sus manos al amor, y sembraron juntos como debe de ser. No hubo poder de uno sobre de otro, nada de eso, ellos entablaron un diálogo sumamente importante ¡El del alma! Porque el alma tiene voz ¡Claro que si! El ser humano la ha ocultado por tonto, al pensar que la voz interior no es necesaria. Y la voz no es hablar de uno sino escuchar al otro. 
Fue así que ellos se escucharon, en silencio, sin hablar, solo mirándose. 
Se preguntarán ¿Que escribió? ¿Que olvidó decir? ¿Porque ésta perdiendo su más grande oportunidad? 
En un papel solo escribió dos palabras, aunque sabía su importancia no las leería, las diría de memoria. Pero quiero explicar que memoria será entendida de manera diferente. Hablo de memoria más allá de la mente, una memoria que olvida lo material y se centrará en el ser, en lo espiritual. Del amor que se brinda sin reglas, sin sentido de posesión, del amor del ser uno mismo, libre en su totalidad. 
Entonces él escribió solo dos palabras para ella, pero no las leyó porque ella ya las sabía. Esa tarde un gran ramo de orquídeas fue entregado, el beso lo dijo todo, era una promesa sin firmas terrenales. Las manos se unieron en libertad, no hubo límites religiosos, ni reglas sociales, pues para el amor solo es necesario dos almas que unidas se digan ¡Te Amo!


Autor 
Mauricio Zamora 
Seudónimo 
Corazón de Muñeco 
Xalapa 2017

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