lunes, 2 de enero de 2017

El sol y la luna (El gato y su última vida)

El sol deseaba ser noche y la luna vivir el día. Un gran problema existía entonces...
Pues para lograrlo deberían dejar de existir o al menos buscar una forma inteligente de no perecer... 
La dificultad empezaba cuando cada uno decía tener la solución. La luna y el sol se enfrentaban en un reto descabellado....
El sol se mostraba poderoso en todo lo alto, gracias a él todos despertaban al amanecer, las flores nacían por su calor, en fin todo ser vivo necesitaba de su presencia. 
Por otro lado la luna también hacía notar su importancia y significado, los grillos despiertan y cantan al salir la luna, el mar se mueve al compás de ella. Y lo más importante, el amor es canto nacido a través de la luz de la luna. 
Todos los días transcurrían sobre ese sentir... Y lamentablemente le ponían ambos el nombre de problema a esa forma de no poder entender el mundo... 
Como estaban tan aferrados a sus supuestos problemas existenciales, no se dieron cuenta que un gato los estaba observando. Tomando notas de cada uno en una pequeña libreta. El gato había vivido ya seis de sus siete vidas y por consiguiente aprendido mucho en esas vidas pasadas... 
Una mañana antes de que saliera el sol y se ocultara la luna llego la hora de hablar con ellos. En ese momento los dos estaban en lo alto del cielo, mirándose fijamente. 
El gato se sentó frente a la playa mientras la brisa matutina tocaba con suavidad su cuerpo. Era un día perfecto par dejar de existir y entregar la última de sus vidas por algo sumamente importante...la felicidad del sol y la luna. 
El mar sería un escenario sin comparación y las nubes el símbolo de un compromiso puntual que marcaría por siempre aquel día. 
El gato haría entonces lo que ningún ser humano haría. Sentado en la orilla y sobre la arena se desprendió de su corazón y lo puso a los pies de la luna. Un corazón palpitante y lleno de energía estaba ahí para ser el mejor de los regalos, pero la luna no sabía que hacer con el. Así que el gato antes de morir les había explicado lo que deberían de hacer. 
Pero también minutos antes a todo esto, puso sobre una roca una luciérnaga. Era un animalito diminuto que por voluntad propia entregaría gustosamente su vida.
El gato dijo así...
- Señor sol, valiente caballero del día, poderoso calor que cubres al mundo y llenas de vida a todo ser que tocas. Hoy podrás vivir la noche, viajar por ella y adentrarte en sus misterios. Podrás sentir la nostalgia de la ausencia y la fría cobija del olvido. Descubrirás el llanto de la muerte y el llamado del tiempo sin retorno. Pero también el canto y el camino del ser apasionado., además de los brazos del amor vigilante y los labios de un beso sincero. Recibirás la ternura de las palabras escritas por el poeta inspirado y el baño del placer envuelto en seda. Entonces vive y conoce tus deseos-
El alma de sol fue depositada en el cuerpo de la luciérnaga, de ésta manera no moriría y llevaría la luz que lo mantendría vivo por la noche.
-Y tu hermosa luna, toma mi última vida y mi corazón que es para ti. Te lo digo con tanto frenesí. Porque te he visto y con pasión te confieso que he conocido el amor profundo.. Un amor sin maldad ni codicia, un amor grabado desde el inicio de todas las eras, que se mueve desde el centro del universo y gira eternamente. Toma de ésta manera mi corazón y mi cuerpo el tiempo que necesites para admirar las bellezas del día, recorre esos senderos llenos de flores que por tanto tiempo fueron puestos y no han sido admirados por los hombres. Baña tu ser con el cauce del río de la felicidad y bebe el néctar de la risa. Pero también conoce el orgullo de un pueblo egoísta e incrédulo. Que castiga cruelmente al amor y lo cubre con falsas imágenes. Mira como el ser humano cargado de ego se sume en una lucha por poder desmedido que lo va sepultado aún sin haber muerto. Pero no olvides disfruta del canto que produce tu andar por la vida, del movimiento aquél que te dan unos ojos llenos de cariño. Y de la fuerza de un abrazo entregado con el alma-
La luna y el sol por fin harían realidad sus deseos... No hubo sacrificio por parte del gato y la luciérnaga, ellos dieron la vida plácidamente y por voluntad propia. La luna hizo lo suyo sin olvidar las palabras del gato. El sol también concreto sus deseos y aquel día ambos se adentraron en la inmensidad de sus anhelos. Aquellos momentos fueron magníficos, la luna se enamoró del día producto de la vida del sol. 
En cambio el sol se enamoró aun más de la luna pues conoció todo lo que ella representaba para el mundo. 
Entonces se dieron cuenta que no estaban separados, ambos se pertenecían., que no había momento alguno donde no estuvieran juntos. Pues siempre estaban uno junto al otro. 
El gato y la luciérnaga partieron al firmamento.. Y por eso hoy en día el amor se canta a la luna y se ilumina con la luz de las luciérnagas..

1 comentario:

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