Comienzo

¿Pretendes qué crea todo lo que has dicho? ¿Acaso te burlas de mí? Mira a tu alrededor y veras lo que he construido ¿Te asombra? Pues no has visto bien, aún falta lo más importante ¿Quieres saber que es? Entonces no hables más y no me interrumpas. Baja esas manos por favor, trata de callar tu ego que de nada te servirá. Sígueme despacio, deja en el suelo todo lo que traes encima, iremos tan adentro que no podrás volver. Bebe un poco de agua, será lo único que harás, las horas seran muy largas y tardarás en volver a beber. Cuando te diga ¡Corre! Deberás hacerlo como si en eso dependiera tu vida. Si te digo ¡Detente! Obedeceras ¿De acuerdo? De otro modo no llegaremos tan lejos como esta planeado. Pero entiende que no es obligación el que me sigas, ni escuches. Eso será tu elección ¡Eres libre en todo momento! Bueno ¡Debemos partir! Es ahora el momento oportuno. Cuando lo desees podrás ir a mi lado, solo si lo crees necesario. Mientras yo iré adelante, no es altanería, enfrente hay peligros y al ser yo el primero los podrás notar. Evitarlos es tu deber, el mio es mostrarlos. Maestro y discípulo partieron. El mundo material quedaría atrás. Al tiempo el joven regreso, su maestro lo envió de vuelta, cuando le preguntarnos donde fue él bajo la mirada y dijo: no fui ¡Apenas iré verdaderamente! Ideas del autor Mauricio Zamora