miércoles, 16 de octubre de 2019

Palabras cumplidas

Aquel pequeño estaba sembrando, le dieron semillas de frijol y maíz, nadie le dijo cómo hacerlo, él estaba botado al piso, con sus dedos hacia unos pequeños agujeros en la tierra, después los cubría. Para cuando termino fue en busca de agua, el tanque le quedaba un poco alto, pero eso no lo limitó, se ayudo de un tabique, llenó un pequeño bote y con éste llevaría el agua. Ya frente a su siembra, regó las semillas, puso algunas piedras y se sentó a esperar. Quizás pensaba que crecerían al instante, pero no fue así. Pasaron varios minutos, la lluvia se presentía, pero el niño seguía sentando, algunas gotas empezaron a caer y de repente el aguacero se soltó... El niño no se movió, él cuidaría sus semillas aún si la lluvia no se quitara. El agua empezó a correr, llegaría asta sus pies y a su siembra, rápidamente colocó más piedras, una sobre de otra, con la idea de que el agua no se llevara las semillas Todo mojado vivió ese momento, el sol salió, su madre le hablo con fuerza, lo regaño y casi lo golpeó. Sin embargo el no se movió. Su mirada estaba fija al suelo. ¿Porqué haces eso hijo? Le pregunto su madre y este pequeño respondió: ¡Mamá! Tu me dijiste algo muy importante ¡Cumple siempre lo que digas! Así que te estoy haciendo caso, dije que voy a tener frijol y maiz para darte y eso tendré, no importa la lluvia, los regaños o lo que sea. ¡Voy a cumplir mi palabra! Esa tarde el niño mostró lo que su madre le enseñó y hoy no solo cosecha frijol, hoy lo exporta a otros países.... Ideas del Autor

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