sábado, 18 de diciembre de 2021

Una promesa

¡Tenga cuidado con la altura! Fue una advertencia que llegó demasiado tarde. Esa noche sería velado y sepultado en las afueras de la ciudad. Don samuel, el enterrador, le tocó trabajar ese día y llegó puntual. Cargo sus cosas y se presentó al lugar indicado, quien diría que ahí encontraría a un amigo de la infancia. Se saludaron con gran afecto, hacía años que no se veían. Carmen era florista y trabaja cerca de ahí, no conocía al difunto, por ello llevaría un hermoso arreglo de despedida para ofecer a los invitandos. Ella los vio a la distancia hablando y de inmediato fueron reconocidos. -¡Germán! Que alegría encontrarte, veo que estás con samuel, valla que es pequeño el mundo ¿Saben quién murió?- Miguel manejaba la carroza, de joven nunca le gustó la escuela y aunque su padre lo golpeó varias veces el hizo caso omiso y se fue de su hogar a los 15 años. Los Tres fueron rebeldes a esa edad y había hecho una promesa junto con alguien más. Ernesto era tímido y un poco retraído, ellos cuatro se habían separado al terminar la escuela secundaria. Su promesa fue sencilla y quizás jamás pensaron en que se cumpliría, pues el tiempo se encargo de distanciarlos. El cortejo funerario había llegado y los presentes compartían condolencias. Un sacerdote dirigió la despedida y pronunció el nombre del difunto: "Dígamos un hasta luego a quien en vida se llamara Ernesto" Los Tres amigos se miraron y fue cuando oyeron los apellidos, era él, su amigo de juegos y alegrías. El niño que en muchas ocasiones fue sujeto de burla y ostigamiento por su forma de ser. Ahora es necesario cumplir la promesa, Carmen entonces habló con respeto, luego la siguió Miguel y finalmente Germán. Pará concluir le brindaron un minuto de aplausos. Ernesto era un poeta oculto, un creador de fantasía y mundos mágicos, sin embargo, nunca se dio la oportunidad de mostrar ese talento. Ellos cuatro se habían prometido que cuando alguien falleciera los demás le darían la despedida, acompañada de aplausos. La amistad puede ser efímera algunas veces, pero las promesas se cumplen y en esta historia ellos lo hicieron. Al final del día se despidieron, le desearon un buen viaje y ellos conservaron su boleto, pues en un día no muy lejano les tocara subir al autobus del último adiós.... Ideas del autor Mauricio Zamora

No hay comentarios.:

Publicar un comentario