miércoles, 15 de febrero de 2017

Historia de Amor ( El Girasol )

Historia de amor 
Por: Corazón de Muñeco
La tierra aún se encontraba suelta después de tanto tiempo. El suelo era muy fértil y por ello había nacido un hermoso girasol, un ejemplar único en todo aquel lugar. Algunas mariposas se movían de un lado a otro y el canto de las aves indicaba que ya era hora de despertar. Como todas las mañanas hizo acto de presencia ¿Quién? Su nombre no importa, solo sepan que estaba ahí, cumpliendo con un solo propósito, no fue una promesa hecha, mas bien fue decisión propia. 
Años atrás corrieron juntos, miraron juntos, rieron juntos. Descubrieron el tesoro de las rocas y la fuerza de la vida. Tomaron la esencia de la lluvia caída sobre sus hombros, probaron el néctar de las palabras y mas aún, crearon la historia de una mirada. 
No hubo camino sin pisar, ni aroma sin olvidar. Bebieron, comieron, sintieron el tiempo correr por su sangre y así trazaron la mejor línea del momento. 
¿Cartas? Para que escribir mucho si todo se lo podían decir de frente, al oído y aveces en total silencio. No hubo paredes impuestas, ni murallas imposibles de brincar ¿Eran niños? Siempre lo fueron, jamás dejaron de sentirse ellos mismos. Así fue la libertad, la osadía, la emoción y sorpresa de reconocerse y encontrarse. Por ello acudió sin falta aquella mañana, se presentó como debería de ser, cordial, emocionado y tal vez un poco impaciente. En sus manos debería llevar algo único, así habían quedado. 
En pocos instantes estaría ahí y era necesario control sobre sus emociones. Se revisó detenidamente, vestía casual pero sin dejar de lado la elegancia. Miró su reloj, estaba a muy buen tiempo. El aire y el sol contribuyeron plácidamente, dando el clima perfecto para ese día tan especial. A unos minutos de ahí el aroma a gardenias envolvía una habitación, en el buró una foto, en el espejo la mejor de las imágenes. 
¿Han visto una diosa? Efectivamente así era, delicada y sensual. Con movimientos diminutos terminaba de acomodar su cabello. Su piel, sus labios y sus ojos brillaban a los rayos del sol, pero había que apurarse, eso hacia mas emocionante el momento. Los últimos toques deberían ser especiales y únicos. Finalmente salió y el sonido de sus pisadas hacían sobre el camino una suave melodía.
¿Se la imaginan? Su figura espectacular, su andar inconfundible, ella sin duda es una mujer muy hermosa. Como no estaba muy lejos llegaría puntual y efectivamente así fue. La vio venir por el camino, la naturaleza también aprobó ese encuentro, pues a sus pies mostraba todo su esplendor, llenando de flores todo a su paso. 
Finalmente estaban de frente, mirándose fijamente y en silencio ¿Hablar? Por unos instantes no lo hicieron, simplemente se tomaron de las manos. Por casualidad o suerte el girasol lo presenció todo, también estaba ahí en el momento oportuno. El girasol era el único testigo y el mejor padrino aquel hermoso día. Las aves cantaron, el viento los envolvió y el sol brindó su calor. Tras unos segundos él saco de entre sus ropas un pañuelo y lo puso en sus manos. Ella lo abrió lentamente y el regalo lo decía todo. Un diamante brilló, era una propuesta, una decisión, un triunfo, una alegría esperada. Hubo un sí, un acepto, un es mi deseo también. Todo esto en completo silencio, como dije antes las palabras vendrían después. Ella sacó su pañuelo y el lo recibió, ahí recibiría la respuesta definitiva. ¿Ya lo saben? Claro, era el sí que tanto había esperado. Lentamente y de la misma manera lo desenvolvió, dentro del pañuelo había una semilla, un inicio, un nacer, un triunfo total. Era una semilla de girasol no muy pequeña ni muy grande. Ambos la sembraron junto aquel girasol y se alejaron lentamente. El sol los vio partir, el viento les dijo adiós y el girasol les dio las gracias. Habían sembrado el amor mucho tiempo atrás y floreció, ahora era tiempo de hacerlo con mas fuerza, fue por ello que decidieron hacerlo así, en una tierra fértil, en un espacio propicio y en un momento especial. La tierra fue el recinto, el girasol el juez y la naturaleza la promesa cumplida, en una historia de amor verdadero...

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