domingo, 23 de diciembre de 2018

Atadura

Un joven un día se puso a desenrrollar una gran madeja de hilo. Sentado a media plaza fue sacando el diminuto hilo
-Te puedo ayudar- le dijo una joven cuando vio la gran cantidad de trabajo que tenía, el al mirararla le sonrió con agrado y le dio una punta. Los dos estuvieron así algunos minutos,  conversando y haciendo de la madeja otra más pequeña.
Una familia los vio y preguntaron si también podian ayudar, de ésta manera ahora todos tenían una punta de esa madeja.
Al paso del tiempo muchos mas se acercaron, unos duraban más que otros, pero el muchacho era el que permanecía incistente en deshacer esa madeja.
Un anciano un día se acerco y le preguntó:
-Como vas con tu trabajo, veo que has avanzado un poco- sin levantar la mirada acepto moviendo la cabeza.
-¿Te puedo ayudar?- el joven dijo que si y sin verlo le dio una punta. El anciano sacó de entre sus ropas unas tijeras y fue cortando una a una las puntas que el muchacho había dado a los presentes. La madeja se deshizo por completo. Aquel día hubo fiesta, el joven alzó la mirada y descubrió las maravillas del mundo. Ya no estaba atado a una madeja y tampoco tenía sujeto a nadie.
El anciano marchó y el joven detrás de él le siguió..

Autor
Mauricio Zamora
Seudónimo
Corazón de Muñeco
México 2018

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