viernes, 14 de diciembre de 2018

El monstruo de las máscaras

El monstruo de las máscaras era sumamente conocido. Dicen que las vendía a muy buen precio, todo el mundo le había comprado una. Le vendió su mejor creación al vagabundo, ¡imaginate! solo un centavo, era una ganga. Un día lo visitó un caballero, él quería impresionar, pidió algo elegante y sofisticado. Como era de esperar el cliente salió satisfecho.
Por las mañanas había mucho movimiento en su local, las señoras solían pasar muy temprano después de llevar a sus hijos a la escuela. Un día se le presento un gran reto, había que hacer una máscara muy especial, la muerte estaba frente a él y fue muy precisa en su diseño "... Tiene que se único..." le dijo solemnemente. Así que no hubo más remedio que sentarse a pensar, como cualquier artista no era tarea fácil de realizar.
La máscara debería contener todos los detalles del ser humano, sus miedos, sus triunfos y tristezas, un poco de esto y un poco de lo otro. Entonces muy temprano empezó a construirla, creyó que con el primer rayo de luz le llegaría la inspiración.
Paso un día y solo pudo hacer un boceto, al día siguiente vino lo las difícil, los materiales. Con el paso de los días fue logrando plasmar el encargo de la muerte. Una pincelada por aquí, un adorno por allá, aunque tenía pendientes no dejaba de apurarse en su compromiso.
Así fueron pasando los años, la máscara poco a poco estaba siendo terminada. En ese lapso el monstruo de las máscaras recibió muchas sorpresas y también muchas decepciones.
Su vida estuvo muy ocupada, vendiendo, trabajando, pintando.
Un día por fin logró terminar, muy alegre se puso limpiar sus pinceles. La máscara tenía lo deseado. Sin embargo, él ya estaba muy cansado. El trabajo fue tan exhaustivo que se olvidó de sí mismo.
A medio día tocaron a su puerta, la muerte elegante entró muy contenta, saludo y pidió su encargo. El monstruo apenas si pudo dar unos pasos, sus piernas no eran las de antes. La muerte no lo apresuró, con calma espero lo necesario.
-Mi señora aquí tiene lo que me pidió-
-Esta excelente, tal y como la solicité-
El monstruo feliz la entrego en mano y esto le dijo la muerte:

-Eres un gran artista, te felicito por tu perseverancia, hoy saldrás conmigo, ponte la máscara y vámonos-

Aquel día el monstruo de las mascaras por fin pudo usar una de sus creaciones. El mundo lo recordará, la máscara era todo lo que el había vivido....

Autor
Mauricio Zamora
Seudónimo
Corazón de Muñeco
México 2018
Ideas del autor

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