(Un cuento dedicado a mis alumnos., a
los que ahora ya son adolescentes)
-Respira- Un conejito grito en el bosque-
No te mueras todavía, te necesito, abre tus
ojos y mírame aún estoy aquí-
Esa mañana todos los animalitos del bosque lo
habían escuchado, el conejito debió de haber gritado tan fuerte., que su voz la
escucho un viejo oso, en la distancia.
-Si me dejas no sé qué haría sin ti- El oso.,
preocupado se encamino hacia donde había escuchado el grito., así también todos
los animales del bosque. Cuando llegaron, vieron al conejito llorar, abrazado
del cuerpo inerte de su padre. El cual había caído en una trampa puesta por un
cazador, y así había perdido la vida.
Un venado se le acercó y le dijo:
-Conejito no debes llorar, seca tus lágrimas que
yo estoy junto a ti- El conejito se apartó de su padre y mirando al vendo
pregunto.
-Quien eres tu- El venado lo miro y respondió
-Yo he sido amigo de tu padre, por mucho tiempo,
él me salvo la vida en una ocasión, pues me enseño de los peligros del bosque
cuando yo era muy joven y por eso hoy le estoy profundamente agradecido-
El conejo volvió a llorar, pues tenía su corazón
muy triste por todo lo que estaba pasando. Muy pronto se le acercaron más
animalitos., y lo rodearon. Un gato que había llegado también argumento:
-Querido conejito, yo también estoy aquí, tu
padre me enseñó a respetar la vida y a los demás, yo era un gato salvaje, necio
y desobediente, pero gracias a el hoy soy diferente-
El conejito ya había dejado de llorar., y con
más tranquilidad se sentó y puso atención. Pues arriba en el cielo un águila
real volaba, había visto todo y decidió bajar y acompañar al conejito., ya
estando frente a él dijo:
-Amigo conejito, sé que estarás triste, pero
escucha esto, un día tu padre me enseño lo importante de la libertad, volar,
salir y conocer el mundo, esa fortuna es la que me mostró y yo no sabía
valorarla-
Un ratoncito muy pequeño, también se hizo
presente, y pidiendo permiso se decidió a hablar.
-Conejito, así como me ves de pequeño, tu padre
me enseñó a ser grande, yo vivía en el temor, pero por él supe que no importa
el tamaño que tengas, cuando sabes pedir algo con respeto y atención, obtendrás
siempre lo que tu desees-
Y así cada uno de los animales del bosque había
contado sus historias personales y vivencias con el padre del conejito.
Al poco tiempo el conejito creció., era fuerte y
valiente... Y una mañana de primavera llevo Flores, a quien había dejado
enseñanzas en otros y estos a su vez, se las habían devuelto como
agradecimiento, por haber sido un gran conejo.
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