( Reflexión )
Le había inyectado su
veneno; fue tan sorpresivo el ataque que no se lo esperaba; quien diría que la
muerte estaba a escasos minutos; vivir o dejarse morir; rápidamente un desfile
de pensamientos pasaron por su mente. Carlos., era un joven de escasos quince
años., esa tarde había desobedecido una orden., y se introdujo de manera
imprudente en el bosque., ahora tenía un grave problema por resolver y su
vida estaba en juego. El veneno comenzó a correr por su sangre., un ligero
cosquilleo en sus extremidades inferiores dio inicio. No había otro camino más
que correr., era el arranque de una cuenta regresiva. Y Carlos tenía que ganar.
La distancia se hacía cada vez más larga., sus zancadas eran lo más largas posibles.,
la respiración y el latir del corazón se aceleraba a cada paso que daba., un
ligero sabor a sangre rodeo su boca., sudoroso y jadeante pudo avanzar y salir
del bosque. Poco a poco iba perdiendo el aliento., pero el temor a morir le
daba la fuerza necesaria para seguir adelante. Su vista se empezaba a nublar
cuando supo que había llegado al campamento., las voces inconfundibles de sus
familiares lo empezaron a guiar. Habían pasado apenas 4 minutos., minutos que
parecieron eternos para Carlos. Casi cayendo pudo llegar frente a su madre., y
grito -mama., ayúdame., he sido mordido por una serpiente- la piel azulosa
corroboraba lo que él decía., su cuerpo se empezaba a paralizar., pues sus
movimientos ya no eran coordinados., su madre al verlo grito con todas sus
fuerzas -ayuden a mi hijo., auxilio, que alguien lo ayude- había que agilizar
la forma de salvarlo., moverse ahora era cuestión de vida o muerte.,
velozmente el personal que cuida el bosque acudió en su auxilio., Carlos
ya había perdido el conocimiento., su cuerpo estaba rígido pero aún con vida.,
los vigilantes daban los primeros auxilios., inyectando un suero que contrarrestara
los efectos del veneno de la serpiente. Carlos en un sueño profundo vio a su
madre., ella iba en un enorme barco sobre el mar., que poco a poco se alejaba
de él., con llanto en los ojos le gritaba., le pedía que volviera., que no lo
dejara., que ahora sería bueno y obediente., su pecho era presa de tan profundo
dolor., amargura por sentir la soledad., que hincado a la orilla del mar se dejó
caer., el barco se había alejado con su madre abordo., Carlos grito perdón por
haber sido lo que era., y prometía cambiar aun cuando su madre ya no estaba.,
de repente todo era oscuridad. En ese sueño Carlos dejo salir lagrimas aún dormido.,
todos los presentes lo notaron., pero no sabían el porqué. Las horas pasaron y
Carlos despertó., al abrir sus ojos se encontraron con los de su madre; ella lo
tenía en brazos y lo miraba fijamente., Carlos lloró y dijo - mama., perdón por
mi desobediencia., por no saber escucharte, ahora entiendo lo que haces por mí.,
cuando me regañas o llamas la atención., te amo mama., desde lo más profundo de
mi ser., hoy entiendo que me cuidas y que buscas mi bienestar- Carlos no pudo
decir más., un nudo en la garganta detuvo sus palabras. Su madre lo abrazo con
tal ternura que las palabras salían sobrando. Carlos estaba vivo, eso era lo
importante para ella., y Carlos comprendió la importancia de su madre dentro de
su existencia.
"...Llámame la atención cuando falle., corrígeme si estoy equivocado., guíame
por el mejor de los caminos., y enséñame a aprender con amor y nobleza., pues
mi alma joven está dispuesta a conocer y descubrir, y si fallo aprenderé a
disculparme., y recibir de ti el más tierno de los abrazos..."
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